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miércoles, 7 de octubre de 2009

Capítulo 4 - Los Cinco Poderes

          


         Aquellas palabras parecieron retumbar en el silencio que encerraba aquel valle. No sólo dejaron sin aliento a Küntruy sino también a Duam, Ellekuf y Ayükelem. Los dos últimos estaban visiblemente heridos por la lluvia de flechas y todavía conservaban las espadas en sus manos. Se miraban atónitos: cuatro ataques no era lo mismo que uno, sin duda. Y  todo significaba que se había roto por primera vez en la historia la ley primera…
   
         Ellekuf era un joven apuesto, corpulento. Un muchacho callado e introvertido y por apariencia, el menos perturbado por la situación. Ayükelem lucía un aspecto totalmente opuesto al de su prima Küntruy. Ella era rubia y sus ojos era negros como la noche aunque  igual de deslumbrantes.  Pero aquel brillo se desvaneció en un segundo.  Porque la muchacha acababa de notar que a los pies de Duam yacía el cuerpo de Montuln. Había sido todo tan rápido que nunca se había dado cuenta que faltaba su primo y tampoco que Duam lo había cargado al volver. Pero  menos había  imaginado que estuviera muerto. Corrió entonces hacia él y Ellekuf la siguió.  Los llantos de la chica, mezclados con gritos de impotencia llamaron la atención de todas las personas que conformaban aquella ronda, que hasta ese momento no se habían percatado del arribo de los jóvenes.


           Eran muchos, cientos. Era la comunidad entera allí reunida. La antigua comunidad de Geut. De a uno o en grupos se fueron acercando pero todos reaccionaban igual al ver el cuerpo de Montuln: rompían a llorar instantáneamente y  se fundían en largos abrazos. Aquél muchacho era muy apreciado. Sus padres habían desaparecido cuando él tenía un año y nunca más nadie había vuelto a saber de ellos. Sin embargo, jamás se puso en duda que aquello había sido un secuestro y no una decisión voluntaria. Desde entonces, Mon se había criado con la familia de sus primos. Küntruy tenía un año también y eran llamativamente parecidos.  A la edad de cuatros habían decidido que  no sólo serían hermanos, sino mellizos. Mellizos de corazón. Allí estaban ellos: la familia destrozada porque era la pérdida de un hijo. Un hijo que no era de sangre pero era mucho mas. Así lo sentían ellos y todos los que estaba ahí. Por eso permanecieron unas horas más, aún entrada la madrugada, consolándose unos a otros hasta que el frio punzante de la noche los obligó a volver a sus hogares


           La mañana siguiente despertó a muy pocos, ya que casi nadie había podido dormir. Dos terribles noticias habían sacudido una paz que llevaba cientos de años abrigando a los habitantes del pueblo, y que ahora nadie sabía con seguridad si algún día iba a volver.


           La comunidad de Geut la conformaban alrededor de ciento diez familias. Todas vivían en casas  iguales: pequeños, acogedores y cómodos hogares, construidos a base de madera y piedra. Y a su vez tenían una misma particularidad: estaban ubicados como si formaran una gran ronda y con sus puertas apuntando al centro de la misma.  En todas direcciones, imponentes montañas y un lago cristalino decoraban el paisaje de aquel valle de ensueños.
  
          A medida que el sol se iba asomando por entre las montañas nevadas, los aldeanos iban saliendo de sus casas y se volvían a acomodar en ronda. Lo hacían con una lentitud que parecía intencional, como si no quisieran verse las caras de tristeza y preocupación.  Una vez que estuvieron todos ahí, un hombre se ubicó en el medio. Era alto y su pelo le  rozaba la cintura y, a pesar del frio,  estaba descalzo. Era Yukel, el líder de la comunidad.


-Es un día triste para todos,comenzó diciendo. Su voz era la misma que habían escuchado los jóvenes la noche anterior, apenas regresaron. Todos escuchaban atentamente pero pocos lo mirabanhemos perdido dos valiosísimas vidas y es un golpe del que costará recuperarnos.


Como si estuviese pautado, las miradas de todos los presentes apuntaron tanto a la familia adoptiva de Montuln como a Quimval, la mujer de Minchekewün La anciana llevaba colgada la esfera azul del viejo sabio, ya que Küntruy había podido dársela antes de irse a dormir. Solo atinaron a bajar la cabeza y tratar de esconder sus lágrimas.


-Pocos saben la causa de sus muertes. De hecho, yo las sé porque he podido cruzar unas palabras con Duam la noche de ayer y me ha contado lo ocurrido. Debo decirles que Montuln y Minchekewün  han caído con honor. Aunque eso no significa que comparta  la estupidez que ha desencadenado todo esto. No pretendo culpar a nadie, y de hecho han actuado como los habitantes de Geut más puros podrían haber actuado. Sin embargo, me refiero a que el motivo primero podría haber sido evitado. Ustedes, vengan aquí ordenó el hombre mirando a Küntruy y sus amigos. Ellos, como era lógico, seguían llorando desconsoladamente a su amigo, por lo que Yukel decidió apaciguar la dureza con la que hablaba quiero que todos aplaudamos tanto a estos valientes jóvenes. Tanto a ellos como a Montuln y al viejo Min


El ensordecedor aplauso se escuchó en cada recoveco del valle. Era un aplauso sentido, emotivo, que parecía no terminar. Cuando finalmente se perdió con el viento el hombre volvió a hablar.


-Estos chicos han estado en Ferradurniha al momento del ataque aquellas palabras dejaron más de una boca abierta. Varios se miraron Estamos en el amanecer de una guerra por lo que no me queda más que contarles con detalles que ha pasado y qué es lo que está pasando.
El hombre se sentó sobre una gran roca. Y la gran mayoría hizo lo mismo en el piso. Dio la sensación de que varios querían hablar o preguntar algo pero nadie pareció animarse


-Comenzó todo cuatro días atrás, cuando el viejo Minchekewün recibió dos mensajes de su par de Tenshken. El primero fue casi al amanecer: dijo que los líderes de su comunidad estaban planeando a escondidas algo muy grande y oscuro, algo sumamente peligroso. Y que en principio, por algún motivo particular,  iban a realizar un ataque en alguna zona perteneciente a nuestra custodia.


-¿Cómo es que no nos han dicho nada sobre algo así? No es justopreguntó una mujer que abrazaba fuertemente a su hijo.


- Hemos decidido mantener esto en secreto Vircü,  pues no teníamos ningún tipo de certeza de que haya sido un mensaje verídico. Queríamos más datos y no preocuparlos en vano La mujer permaneció muda aunque aquella respuesta no pareció satisfacerla. Yukel siguió con el relato- Esa misma noche, el viejo Min juró escuchar en su cabeza otra vez la voz del sabio. Pero aquel segundo mensaje solo constó de una palabra: Buzios.  A partir de ese momento Minchekewün comenzó a sentirse mal y nos confeso que se debía a que, casi con seguridad, el viejo de Tenshken había muerto. O según nuestra lectura, lo habían matado. Entonces la cosa se ponía fea.


El silencio de lugar  era fulminante y todos parecían realmente preocupados.


-Aquí fue cuando entraron en escena nuestros jóvenes prosiguió Yukel y al escuchar esto, los jóvenes bajaron sus cabezas  Duam nos contó que Montuln no había podido dormir esa noche y había salido a caminar por el valle. Al pasar por el templo en el que nos encontrábamos algunos  hombres y mujeres tratando de decidir junto a Minchekewün los pasos seguir, el joven escuchó todo. Nosotros, para ser sinceros, hemos fallado pues no nos imaginábamos algo de esta magnitud y habíamos resuelto esperar a que transcurran los días e intentar averiguar algo más.


-¿Hemos fallado? Han muerto Montuln y Minchekewün y tu solo dices “hemos fallado”. ¡Pues claro que han fallado y nadie nos devolverá sus vidas!- gritó furiosa otra mujer, entre llanto y desconsuelo.


Yukel la miró y sus ojos también se llenaron de lágrimas.


-La culpa es nuestra -dijo Küntruy- Y ahora no sirve enojarse y echarnos en cara las cosas. Debemos actuar y prevenir más tragedia.


-Todos nos equivocamos continuó el líder la comunidad con una voz que parecía estar a punto de quebrarse en pedazos creímos que lo mejor era esperar. Y por causa de nuestra estúpida inacción, esa misma noche Montuln convocó a sus amigos y partieron hacia Buzios, no sin antes pedirle ayuda a Minchekewün para viajar a través del gran árbol. Fue ese mismo amanecer y con el objetivo de evitar la mayor cantidad de víctimas que pudieran. Desgraciadamente y  como era de esperar de un ser tan noble, nuestro viejo amigo y sabio decidió ayudarlos  y emprendió viaje con ellos. Al llegar, los jóvenes han permanecido divididos en las playas de Buzios durante dos días pues no sabían cómo ni cuándo iba a ser el ataque. De ahí su desaparición que tan preocupados nos tuvo. Mientras tanto, Minche permaneció en nuestro plano para actuar ante cualquier urgencia: no había precisiones sobre si los de Tenshken operarían desde aquí o en el plano Impuro.


Ya nadie se atrevía a interrumpirlo. Quizás por pensar que era en vano. Quizás por miedo. Entonces el hombre siguió.


-Finalmente, el primer ataque ocurrió ayer. Fue un tsunami con epicentro en Ferradurniha. Exactamente donde se encontraba Montuln, que según me han contado ha llegado a salvar a la única alma pura que se encontraba en el lugar: un niño de tres años al escuchar esas palabras, más de uno esbozo una sonrisa melancólica sé, y también estoy orgulloso, que Duam, Küntruy, Ayükelem y Ellkufe han podido a salvar a dos chicos en Geriba, donde golpeó el tsunami aunque con mucho menor fuerza. Lo más grave es que los de Tenshken actuaron desde aquí. Tras matar Minchekewün, impulsaron el tsunami  y huyeron en busca de refuerzos tras constatar la presencia de nuestra gente. Estos jóvenes se han salvado de milagro.


Las dos chicas se abrazaron. Una sensación de infinita tristeza las invadía aunque también estaban agradecidas de haberse salvado.


-¿Y cómo diablos han podido generar el tsunami? Eso es imposible a menos que…- preguntó un anciano de similar apariencia que Minchekewün.
-No sólo el tsunami, querido Kisho. Como les dije, el sismo en España y los incendios en Australia también. Y las inundaciones en Angola. Eso es imposible como tú dices, a menos que hayan reunido Los Cinco Poderes.


La gran mayoría se miró sin entender, como si aquellas palabras no cambiaran nada. Pero la cara del anciano evidenció la más sincera expresión de horror. Un horror sin precedentes.


-Y no hay dudas que lo han logrado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tomas segui asi escribiendo, es muy bueno este ultimo capitulo!

Anónimo dijo...

O.O Esta padrísimo... Es genial, quiero ver a ese niño de tres años en la historia... Y algo de romance... ¡Sería perfecto! :D Gracias :D

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